Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente

Ibaialde. Parámetros utilizados

Para interpretar los  resultados se utiliza un criterio hidrográfico ya que los ríos de lo tres Territorios Históricos de la Comunidad Autónoma del País Vasco se dividen en dos vertientes bien diferenciadas. Por un lado estarían las cuencas de los ríos que desembocan en el Mar Cantábrico, y por otro, aquellos que tributan a la Cuenca del Ebro y llevan sus aguas hasta el Mediterráneo.

La Comunidad Autónoma del País Vasco está dividida de este a oeste por una cadena montañosa que comienza en la Sierra de Aralar y termina en la Sierra Salvada. Entre ellas se encuentran las montañas de Altzania, Urkila, Aizkorri, Elgea, Anboto, Gorbea, Altube y Urkabustaitz, que separan Gipuzkoa, Bizkaia y el norte de Álava del resto de la Comunidad Autónoma Vasca y suponen una diferencia climatológica y geográfica fundamental.

La vertiente norte

La zona más septentrional, de orografía quebrada, está recorrida por profundos valles que descienden hacia el mar desde montañas de hasta 1.200 m de altitud situadas a escasa distancia de la costa. Esa misma sucesión de montañas actúa a modo de pantalla y frena a las nubes que llegan desde el Cantábrico, liberando el agua que transportan. De esta forma, el clima modelo de Gipuzkoa, Bizkaia y parte del norte Álava es de tipo oceánico, con temperaturas suaves y precipitaciones elevadas. Sus ríos son caudalosos y vierten hacia el Golfo de Bizkaia.

La vertiente sur

Algo más al sur se extiende la Llanada Alavesa, limitada en su zona meridional por la Sierra de Arkamo y los Montes de Vitoria y de climatología suboceánica, con lluvias no tan abundantes. En consecuencia sus ríos, como el resto de los alaveses, son menos caudalosos y tributan al Ebro, que llevará sus aguas hasta el Mediterráneo.

En el límite meridional, en la Rioja Alavesa, separada del resto de la Comunidad Autónoma por la Sierra de Cantabria o Toloño, el clima es netamente mediterráneo con varios meses casi secos y con diferencias de temperatura anuales más extremas. En verano los ríos de esta área permanecen con poca agua y el calentamiento solar eleva sus temperaturas.

Entre estas dos últimas comarcas, en la zona centro-occidental de Álava, se extienden la Ribera Baja y el Condado de Trebiño, áreas de clima submediterráneo con características intermedias, que se reflejan también en las características de sus ríos.

La red fluvial

En la red fluvial que se estudia en ibaialde se incluyen tanto los principales cauces de los tres territorios, como otros que, muchos de los grupos participantes han ido sugiriendo por existir un interés particular en conocerlos o, simplemente, por tener una mayor facilidad de acceso.

La estructura de la red ibaialde se basa en dividir cada río en bloques de 5 km y tratar de asignar éstos a los grupos inscritos. Para un mejor detalle de cada bloque, éste se subdivide a su vez en unidades de 500 metros que es donde realmente se realiza el estudio de campo.

Participantes

La conservación de los ríos es una labor de toda la ciudadanía por lo que uno de los principales objetivos de una campaña como ibaialde debe ser extenderse al mayor número posible de personas. Para ello la campaña se difunde entre colectivos diversos, desde grupos escolares a grupos de mayores, pasando por clubes deportivos, asociaciones conservacionistas, etc.

Conocimiento previo

Es importante conocer previamente la zona adjudicada, ya que ello supone, generalmente, un mayor conocimiento sobre los aspectos generales del tramo a reconocer y permite una visita más productiva. Además, esto facilita el acceso a la unidad elegida y ayuda a detectar las alteraciones producidas en la misma de un año a otro.

Muchos de los grupos conocen bien el río que van a inspeccionar, bien porque ya han participado en ediciones anteriores o porque son de la zona y pasean frecuentemente por sus orillas. Para otros, sin embargo, la salida es una experiencia nueva en la que podrán descubrir los secretos del río.

Precipitaciones en los días previos

De sur a norte, la Comunidad Autónoma del País Vasco presenta zonas climáticas muy diversas con grandes variaciones de temperatura y pluviosidad. En general llueve más en el otoño aun cuando en la zona norte las precipitaciones se repartan durante todo el año. En la zona más meridional, la Rioja Alavesa, las lluvias son escasas y en verano se reducen drásticamente, originado frecuentemente sequías.

El día de la salida al campo debe de tenerse presente que el caudal de los ríos varía con las condiciones climatológicas reinantes y que hay que prepararse bien para realizar el trabajo con comodidad y seguridad:

Cuando llueve o nieva el río se carga de agua, aumenta su velocidad y su poder erosivo.

En verano a la escasez de lluvia se le une el calor que intensifica la evaporación. El caudal disminuye y el río llega incluso a secarse.

Accesibilidad

La toma de datos sobre la temperatura del río, la de su velocidad o la de la calidad del agua puede verse dificultada por la imposibilidad de acceder al cauce. En muchos casos, la existencia de una vegetación muy tupida, de un talud vertical o de un muro de cemento se convierte en obstáculo peligroso que limita el trabajo de los grupos participantes. Hay que evitar riesgos innecesarios.

Curso del río

Para realizar las valoraciones sobre los datos obtenidos en ibaialde es importante conocer las características generales de los tramos estudiados ya que, como se verá a continuación, éstas varían sustancialmente desde el nacimiento a la desembocadura del río.

En las montañas el terreno es abrupto, con mucha pendiente, y las aguas, frías, bajan turbulentas y a gran velocidad. La fuerte erosión forma riberas escarpadas. Es el curso alto del río, zona poco humanizada que, generalmente, conserva su vegetación natural.

Más adelante la pendiente y la velocidad del río disminuyen, al igual que el poder erosivo del agua. En este curso medio el cauce se ensancha y la cobertura vegetal es menor, lo cual favorece el aumento de temperatura en el agua.

Cercano a la desembocadura el río tiene una inclinación pequeña y su cauce es muy ancho. La velocidad es mínima y favorece la sedimentación de las partículas que arrastra la corriente. Es el curso bajo del río, con cobertura vegetal escasa y donde el impacto humano es mayor.

Forma del valle

Debido a los diferentes grados de erosión, la forma del valle sufre cambios desde que el río nace en las montañas hasta su desembocadura en otro río o en el mar. En general, la forma del valle está directamente relacionada con la localización del tramo en el discurrir del río.

En los tramos altos el valle es estrecho, de altas paredes y, mayoritariamente, tiene forma de "V".

 Algunos kilómetros abajo su forma se suaviza, las riberas son menos escarpadas y se dice que el valle tiene forma de "U". 

En el tramo final del río el valle es mucho más abierto, casi plano, con amplias riberas y llanuras de inundación. Se dice que el valle tiene forma llana.

Usos del valle

La posibilidad de obtener agua para beber, para mover norias y martillos pilones o el uso del cauce como vía de transporte ha atraído siempre al ser humano hacia los aledaños de los ríos, estableciendo en ellos sus asentamientos.

A través del estudio de los usos del río ibaialde pretende resaltar las transformaciones que, en mayor o menor grado, ocasiona el ser humano en los ecosistemas adyacentes al cauce fluvial. La forma del valle condiciona los usos que el ser humano hace de él.

En los cursos altos las riberas son escabrosas y es muy difícil que en ellas haya asentamientos urbanos o industriales, por lo que la vegetación natural se conserva normalmente en buen estado. Sin embargo, es frecuente que existan explotaciones agropecuarias o forestales y que se aproveche la fuerza del agua en centrales eléctricas.

A partir del curso medio las riberas se ensanchan y en las orillas del río aparecen amplias llanuras sedimentarias en las que, además de realizar cultivos, es fácil construir fábricas y casas. La flora ribereña habitual se ve sustituida por muros, carreteras o, en el mejor de los casos, parques urbanos.

Alteraciones en el río

Con el incremento de la población y de las actividades industriales aumentan también las transformaciones del río y los usos del agua en actividades diversas. A las aplicaciones tradicionales en molinos, ferrerías, riego de campos o abastecimiento de agua potable se han unido los usos industriales, los encauzamientos y canalizaciones contra inundaciones o la instalación de presas y embalses de suministro de agua y producción de energía eléctrica. En ocasiones, aprovechando el curso del río se construyen carreteras o vías férreas y en las llanuras de inundación es frecuente observar instalaciones relacionadas con la gestión del agua.

En las orillas de los ríos se forma un ecosistema muy dinámico. En épocas de sequía hay escasez de agua y nutrientes, mientras que durante los periodos lluviosos el agua anega y erosiona con fuerza los márgenes del río.

La vegetación fluvial está bien adaptada y se distribuye según el grado de humedad ambiental.

 

 TIPO DE VEGETACIÓNCARACTERÍSTICAS
ZONA 1Vegetación de riberaPlantas que están totalmente fuera del agua pero necesitan humedad en el suelo.
ZONA 2CarrizalLas plantas están a poca profundidad.
ZONA 3Plantas acuáticasLas raíces y las hojas están dentro del agua. Fuera sólo las flores.
ZONA 4Algas unicelularesSe encuentran libres en el agua.

 

 

 

 

 

La vegetación de ribera cumple una importante misión al:

  • Estabilizar los márgenes del río y disminuir el efecto erosivo del agua.

  • Favorecer la sedimentación de materiales y, con ello, la fertilidad del terreno inundado.

  • Moderar la temperatura del agua y la cantidad de luz que le llega.

  • Ofrecer refugio y lugar de cría y reposo a muchas especies animales.

  • Depurar las aguas subterráneas y freáticas.

Las principales amenazas para la vegetación de ribera en la Comunidad Autónoma del País Vasco son las canalizaciones, la urbanización y las prácticas agrícolas que llevan los cultivos hasta la propia orilla. La incidencia de estos factores es diferente en la vertiente norte, donde abundan los tramos de río conducidos y las instalaciones urbanas e industriales de las zonas próximas al cauce, y en la orientada al Ebro, en la que los principales peligros ambientales para las riberas radican en las actividades del campo.

Vegetación dominante en las riberas

La vegetación existente en las riberas del río puede aportar información sobre el estado de conservación en el que se encuentra el ecosistema.

Las riberas de los ríos son generalmente tierras ricas que reciben nutrientes durante las inundaciones periódicas a las que se ven sometidas, lo cual hace que también sean explotadas por el ser humano para los cultivos.

En ibaialde se consideran los 25 primeros metros a cada lado del río y la posibilidad de elegir dos tipos de vegetación en cada uno de ellos.

 

El bosque de ribera en las dos vertientes

Árboles como el aliso, el sauce o el chopo están muy bien adaptados a los cambios ambientales de las riberas y forman arboledas típicas llamadas bosque de ribera en galería. El bosque en galería es un largo y estrecho pasillo con vegetación que varía mucho desde los valles cantábricos a las tierras riojanas del sur.

En los valles norteños próximos al mar el bosque de ribera está dominado por alisos, grandes helechos y plantaciones de plátanos y álamos.

En los ríos importantes de la Llanada Alavesa también destaca el aliso, relegado a un segundo plano por fresnos y olmos en los ríos de menor entidad. A partir de esta área diversos tipos de sauces forman una cenefa arbustiva en primera línea, en contacto directo con el agua.

 

En la Ribera Alavesa las orillas de los grandes ríos están dominadas por alamedas-alisedas mientras que las de los pequeños cauces presentan fresnedas-olmedas. Árboles como el fresno común y el roble albar son sustituidos por el fresno de hoja estrecha o el quejigo y plantas trepadoras como la hiedra, el lúpulo o la clemátide tienden lianas entre los árboles ribereños.

En la vera del Ebro de la Rioja Alavesa especies arbóreas tales como el álamo blanco, el álamo negro y el sauce blanco, que ya asomaban en la anterior zona, se hacen dominantes y desaparecen los grandes helechos. El aliso escasea y llega a desaparecer en los cauces menos importantes donde imperan los olmos y los fresnos. Mimbres y sargas forman bosquetes sobre graveras y soportan las embestidas de las crecidas del río.

A través del estudio de la vegetación de ribera en ibaialde se pretende establecer el grado de conservación de la misma, localizando las zonas en las que se conserva en buenas condiciones, aquellas en los que dominan las plantaciones forestalistas y, por último, las zonas que han perdido la vegetación propia.

La flora y la fauna del río son un claro reflejo del equilibrio que gozan los ecosistemas acuáticos. Una gran diversidad de especies, es decir, la aparición de un número elevado de animales y plantas junto al río o sumergidos en él indican una alta calidad ambiental. ibaialde ayuda a identificar actividades humanas como los vertidos industriales, las plantaciones forestales o las construcciones que inciden negativamente en la naturaleza del ecosistema y que originan un descenso de la diversidad biológica.

La fauna del río es muy diversa y está compuesta por multitud de invertebrados, anfibios, algunos reptiles, distintas especies de peces, llamativas aves y algunos mamíferos que se acercan a él para beber u obtener comida.

Al describir la fauna fluvial de la Comunidad Autónoma del País Vasco se debe tener en cuenta que la composición de las agrupaciones animales no es igual en los tramos altos que en las desembocaduras y que la contaminación del agua afecta directamente a los habitantes del río, haciéndolos incluso desaparecer. Además, algunas especies, como la carpa y la bermejuela, son exclusivas de la vertiente mediterránea.

En otros casos la introducción de especies alóctonas ha modificado las poblaciones naturales del río. Entre las especies introducidas en los ríos de la Comunidad Autónoma del País Vasco destacan invertebrados como el cangrejo rojo y peces como el carpín dorado, la trucha arco-iris o el lucio.

Las especies piscícolas son las que mejor muestran esta sucesión de comunidades animales en el río.

Cerca de su nacimiento el río es rápido y sus aguas están bien oxigenadas. Es una zona dominada por las truchas y, en menor cantidad, aparecen el piscardo y la locha de roca. En la vertiente cantábrica también es posible observar anguilas. Sin embargo, algo más abajo aparecen todas esas especies pero el piscardo es más abundante. 

En los cursos medios dónde el río es más tranquilo, el pez más abundante suele ser la loina, acompañada de piscardos, lochas de río y barbos. La trucha puede llegar a desaparecer y en la vertiente mediterránea es frecuente observar bermejuelas.

En las zonas de cauce ancho y más profundas que caracterizan a los ríos mediterráneos en su tramo bajo domina el barbo y también son habituales el piscardo, la loina, la colmilleja, la carpa, el blenio o la locha de roca. En la vertiente cantábrica existen muy pocos tramos bajos de estas características y por lo general están muy contaminados, con lo que la fauna piscícola es escasa.

Los tramos finales de los ríos norteños se funden con las aguas marinas que llegan con la marea y sus aguas son salobres. El pez más característico es la anguila y se observan mújoles, espinosos y peces planos acompañados de especies dulceacuícolas típicas como el piscardo, la loina o el barbo.

Para cerrar el capítulo de fauna se hace una mención particular a la presencia de cangrejos, especialmente al cangrejo autóctono, en muy mal estado de conservación, y al cangrejo señal, especie americana usada para repoblaciones que trajo consigo la afanomicosis o peste del cangrejo, enfermedad causada por un hongo y mortal para el cangrejo originario.

La contaminación del agua es una modificación artificial de las características físico-químicas de la misma. De procedencia variada, los focos de contaminación de los ríos de la Comunidad Autónoma del País Vasco son fundamentalmente tres:

  • Por un lado las industrias, que producen contaminantes muy diversos y de forma localizada. Su tratamiento es costoso pero ineludible.

  • Por otro lado, están los vertidos producidos en los núcleos urbanos, con contaminantes orgánicos que se tratan en depuradoras de aguas residuales, de coste alto pero imprescindibles hoy en día para mantener adecuadamente la calidad del agua de los ríos.

  • Para terminar, hay que citar los vertidos de explotaciones agropecuarias, que se producen de manera muy difusa y llegan al río a través de la escorrentía y las aguas subterráneas. Son muy difíciles de localizar y de tratar.

Tras años en los que la calidad del agua de muchos ríos de la Comunidad Autónoma del País Vasco ha sido muy baja debido a la industrialización y a la gran acumulación de población en los valles, la disminución de la cantidad de aguas residuales vertidas y la instalación de depuradoras posibilita un panorama más halagüeño. Así, ríos como por ejemplo el Urumea van recuperando sus características naturales e incluso permiten la presencia de salmones.

Principales contaminantes del agua

A continuación podemos ver lun listado de los productos más contaminantes que se vierten a los ríos, su procedencia y los efectos que tienen sobre el medio ambiente y/o la salud humana. 

CONTAMINANTEPROCEDENCIAEFECTOS
Metales pesadosFundamentalmente industrialSon bioacumulables. Afectan al sistema neuromuscular y pueden ser letales
Compuestos organohalogenadosProductos fitosanitarios, Usos industrialesMuy tóxicos. Bioacumulables. Producen mutaciones genéticas
Materia orgánicaExplotaciones agropecuarias, Doméstica, IndustrialProcesos de eutrofización
NutrientesDetergentes domésticos e industriales, Fertilizantes agrícolasProcesos de eutrofización
Compuestos orgánicos (petróleo, fenoles, ...)Fugas y limpieza industrial, Refinerías, Aceites desechadosImpiden el paso de la luz y alteran la fotosíntesis
Contaminación térmicaRefrigeración en la industria, Centrales térmicas y nuclearesEl aumento de temperatura disminuye la solubilidad del oxígeno. Puede hacer variar la fauna y la flora local
Contaminación bacteriológicaRedes de saneamientoEpidemias de cólera, tifus, etc.

¿Cómo medir la calidad del agua?

Para determinar la calidad del agua en ibaialde se realizan observaciones y analíticas sencillas de parámetros como el olor, la presencia de espumas, de aceites o de peces muertos, el pH, los nitritos y nitratos, el oxígeno disuelto y la temperatura del agua. Además, se comprueba la fauna invertebrada del fondo del río un verdadero indicador biológico de su estado ambiental.

El pH expresa la concentración de ácidos que hay en la solución, con valores que oscilan desde 1 a 14. Un pH de 7 se considera neutro, un pH menor de 4 es muy ácido, y uno mayor de 10 muy alcalino.

Los nitritos son muy tóxicos y nocivos para los peces (una concentración de 0,5 mg/l puede causarles problemas). Su concentración ha aumentado en la naturaleza hasta cantidades nocivas debido al uso de fertilizantes en la agricultura y de carburantes fósiles.

Los nitratos son esenciales para el crecimiento de las plantas, sin embargo para el consumo humano se establecen 50 mg/l como la cantidad máxima recomendada en el agua del grifo. El exceso de estos nutrientes desencadena procesos de eutrofización.

El oxígeno es también esencial para la vida en el río. La cantidad presente en el agua depende de la velocidad y turbulencia de la misma, de la temperatura y de la cantidad de sustancias oxidables vertidas al cauce. La capacidad de autodepuración de un río depende mucho de la capacidad que tiene para reoxigenarse.

Temperatura: los cambios bruscos en la temperatura suelen ser causados por vertidos industriales, agrícolas o urbanos. Una temperatura elevada, como la que puede haber en verano, agrava los problemas de falta de oxigenación, disminuye la densidad del agua, etc.

Los invertebrados bentónicos dan una idea de la calidad del agua ya que ante determinados vertidos pueden llegar a desaparecer del río.

Uno de los problemas ambientales más serios de la sociedad actual es, sin duda, el de los residuos sólidos. La gran producción de basuras domésticas, restos de mobiliario, escombros o residuos del automóvil obliga a establecer servicios especiales de recogida y almacenamiento de los desperdicios. Sin embargo, muchos de estos residuos se siguen vertiendo al río y a sus riberas, se acumulan en vertederos clandestinos y producen un serio impacto sobre el paisaje, la flora y la fauna del lugar.

No se puede olvidar la peligrosidad potencial de algunos contaminantes como productos industriales tóxicos o ciertos residuos sanitarios.

Para describir la situación sobre la presencia de residuos sólidos en el agua y en las orillas de los ríos, se han distribuido éstos en tres categorías.

La primera de ellas trata la información sobre la aparición de restos de gran tamaño, tales como escombros, grandes objetos metálicos, muebles, neumáticos o basuras domésticas depositadas en bolsas.

En un segundo bloque se contabilizan de manera aproximada el número de envases que aparecen dispersos por las riberas de los ríos o son arrastrados por la corriente. Pese a que la ley obliga a reciclar los envases todavía es frecuente observarlos abandonados por doquier, también en los ríos.

Para terminar, un tercer apartado permite clasificar las basuras encontradas, tanto en el agua como en las orillas, en función de su tipología.

En otras zonas actividades como la minería, la siderurgia pesada, el transporte o la devoción religiosa supusieron, respectivamente, la construcción de cadenas de vagonetas para transportar mineral, de hornos para fundir metales, de vías férreas ya desaparecidas o de ermitas e iglesias. Muchos de estos elementos arquitectónicos han perdurado hasta nuestros días, convirtiéndose en huellas del patrimonio que permiten interpretar un poco mejor el devenir histórico de nuestros pueblos y ciudades.

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